Lucha para alejar a los jóvenes del consumo de tabaco
El tabaquismo continúa siendo motivo de preocupación en la sociedad española. Sobre todo entre los más jóvenes que continúan viendo el consumo de cigarrillos como un hábito y no como una adicción que puede llegar a provocar un gran número de enfermedades.
Además, la aparición del cigarrillo electrónico no ha ayudado para que los jóvenes perciban el tabaco como algo nocivo.
Los expertos hablan de “desnormalizar” el consumo de tabaco en España. Tanto de los cigarrillos clásicos como del cigarrillo electrónico. Así se expresan miembros de la Fundación para la Investigación de la Salud (FUINSA).
En contra de muchas opiniones lo que se está demostrando es que el cigarrillo electrónico es también muy perjudicial para la salud individual de las personas y ya se le asocian muchas enfermedades. Mientras que el tabaco “clásico” puede llegar a generar hasta 13 tipos de tumores. El más frecuente, el de pulmón.
Los expertos consideran que el problema más grave es que entre la población más joven se tiene la percepción de que el consumo de cigarrillos es un hábito cuando en realidad de lo que se tendría que hablar es de adicción.
No ayuda el hecho de que este segmento de la población no tiene acceso o bien tiene un gran desconocimiento de los recursos que las distintas administraciones han puesto para intentar ayudarles a dejar este mal hábito.
Cambiar esta percepción y dar a conocer estos recursos son dos de los objetivos que se ha planteado la Fundación para la Investigación de la Salud.
Se debe trabajar en implantar políticas que acerquen estos mensajes entre los más jóvenes. Lanzar mensajes de ayuda y no los que intentan culpabilizar y juzgar al fumador. Dichos mensajes han de ir encaminados a motivar a abandonar el tabaco porque produce problemas de salud, medioambiental y económico
Algunas medidas para erradicar el tabaquismo
Algunas de las medidas que se podrían implantar para erradicar el tabaquismo, según los expertos, podrían ser las siguientes:
• Aumentar los impuestos para todos los productos relacionados con el tabaco. Aquí se incluye el consumo de cigarrillos y el consumo de cigarrillos electrónicos
• Incrementar de manera notable los espacios sin humo
• Vigilar y hacer cumplir la normativa vigente
• Facilitar el acceso de los fumadores a terapias y profesionales que les pueda ayudar a dejar el tabaco de una manera definitiva
• Financiar tratamientos para dejar de fumar
Financiar los tratamientos
En cuanto al último punto, el de la financiación de los tratamientos, los expertos apuntan que las distintas administraciones, tanto autonómicas como locales, no deben de verla como un gasto, sino como una inversión.
Es mucho más caro atender las enfermedades de los fumadores que implantar una serie de políticas para evitar que los más jóvenes empiecen a fumar. Y en el caso de que empiecen poner en marcha otra serie de acciones para convencerles de dejarlo.
La población fumadora también ha de ser conscientes de que no es lo mismo contratar una póliza de seguro médico completo para una persona que no fuma que para un fumador.
Continúa siendo una asignatura pendiente para luchar contra el tabaquismo el control de la venta del tabaco e incluir el tabaquismo dentro del Sistema Nacional de Salud.
Las políticas contra el tabaco dieron un gran paso adelante cuando se eliminó su consumo de los lugares de trabajo. Esto se produjo en el año 2015. También se avanzó significativamente cuando se prohibió fumar en bares y restaurantes en el año 2011.
Pero todavía hay que avanzar más y eliminar el tabaco en lugares donde se encuentren los jóvenes, como por ejemplo en polideportivos y campos de fútbol. Sería una buena forma de concienciar a los jóvenes de no consumir cigarrillos.
Las cifras del tabaco
Según las últimas cifras conocidas, el consumo de tabaco está causando en España alrededor de 52.000 muertes. El 29% de ellas son de naturaleza cardiovascular. Son cifras todavía muy elevadas y por ello los expertos en salud están intentando implantar políticas de prevención entre los más jóvenes. Hay que impedir como sea que empiecen a fumar. A medida que van entrando en la edad adulta, dejarlo se hace cada vez más difícil.
En definitiva. Hay que intentar que los más jóvenes no vean “normal” el consumo de cigarrillos tradicionales ni electrónicos. Estos últimos también son causantes de muchos tumores.
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