Si madrugas tienes menos riesgo de sufrir depresión
A quien madruga, Dios le ayuda. Esta frase hecha cobra sentido si atendemos a las conclusiones de un estudio que se ha publicado en la revista Nature Comunnications.
¿Qué dicen estas conclusiones? Pues que aquellas personas que “están programados genéticamente” a madrugar tienen menos riesgos de sufrir depresión y otros tipos de enfermedades mentales como la esquizofrenia.
Y esto nos lleva a decir que hay personas que tienen genes que “les impulsan” a madrugar, mientras que a otros se les pegan las sábanas, si nos permites esta expresión.
En las próximas líneas vamos a explicar algunos interesantes detalles de este nuevo estudio que, como puedes comprobar tiene mucho que ver con tener una buena salud.
El estudio
Ya se conocía que la genética nos condiciona para seguir un determinado horario. Este trabajo al que estamos haciendo referencia se ha efectuado analizando el genoma nada más y nada menos que de casi 700.000 personas.
Después de analizar este genoma los investigadores han descubierto que existen 351 genes (hasta ahora sólo se conocían 24) que condicionan al ser humano bien a despertarse bien pronto o bien a tener mayor actividad durante los noches. En el estudio a los primeros se les llama “alondras”, mientras que a los segundos “búhos”.
La investigación la han encabezado investigadores de la Universidad de Exter, en el Reino Unido. Se utilizaron bases de datos de genoma provenientes de UK Biobank y de la empresa privada radicada en los Estados Unidos 23andMe.
Cada individuo que fue sometido a las pruebas fue interrogado sobre sus hábitos de sueño. Pero también se les colocaron pulseras que registraban su sueño a más de 85.000 personas. Con estas cifras el estudio puede ser considerado muy completo.
La diferencia de sueño
Finalizado el estudio los investigadores pudieron confirmar que los madrugadores, las alondras se dormían 25 minutos antes que los llamados búhos, los que prefieren tener más actividad por la noche. Lo que también se comprobó es que, a pesar de esta diferencia de minutos, no existía ninguna diferencia entre la duración y la calidad del sueño de unos y otros.
Los madrugadores confesaron que se encuentran en general mejor. También se detectó la conclusión principal de este estudio. Que las alondras presentaban un porcentaje mejor de padecer depresión o esquizofrenia.
No se pudo comprobar, después del estudio, que este grupo de personas tuvieran menos riesgo de sufrir otros trastornos como la obesidad o la diabetes.
Esta última conclusión “descolocó” un poco al grupo de expertos ya que estudios anteriores incidían en que las personas que están más activas por la noche suelen tener una peor regulación metabólica y por tanto que están más expuestos al sobrepeso y la diabetes.
¿Es malo ser búho?
Leyendo los párrafos anteriores se puede llegar a la conclusión de que es mucho mejor ser alondra que búho. Sin embargo no se puede lanzar esta afirmación sino que hay que matizarla.
Lo cierto es que las personas que se sienten más a gusto trabajando por la noche porque están genéticamente premeditados para ello no tienen más peligro por este simple hecho.
Lo que puede llevar a sufrir estas enfermedades mentales a las que nos estamos refiriendo es el hecho de que tengan que levantarse temprano porque tienen compromisos sociales o laborales que atender. No por el simple hecho de levantarse más tarde que los búhos. Los investigadores llaman a este fenómeno el “jet lag social”.
Además, se advierte de que el “reloj biológico” se puede entrenar y con un poco de disciplina una persona puede pasar de ser búho a alondra en un espacio relativamente corto de tiempo. Es como si se entrenara al cuerpo.
Para “entrenarse” una persona que quiera levantarse más temprano puede exponerse a la luz, bien natural o bien de una lámpara a primera hora de la mañana. La luz detiene la producción de melatonina, una hormona que favorece el sueño.
Además de la importancia de los genes para conciliar el sueño también hay que tener en cuenta otros factores externos. Nos estamos refiriendo, por ejemplo, al consumo elevado de sustancias excitantes como la cafeína. Hay que controlarla durante todo el día para poder establecer unos horarios adecuados de sueño. También se aconseja el hacer ejercicio diario y “cansar” el cuerpo. Últimamente también se ha hablado mucho de lo negativo que puede ser el uso de dispositivos móviles antes de acostarse.
¿Y tú? ¿Eres búho o alondra? ¿Eres de los que se levanta temprano o los que prefiere trabajar por la noche? ¿Te ha parecido interesante este artículo? Si es así, compártelo por tus redes sociales y haznos llegar también tus opiniones.