El 75% de los españoles prefiere la farmacia al especialista.
¿Cuál es el comportamiento de los españoles cuando tienen dolencias leves, resfriados o gripes? ¿Acuden a los especialistas? En este post vamos a contestar a estas dos preguntas.
La respuesta es la siguiente: Alrededor del 75 por ciento de los españoles, según las últimas encuestas, prefieren acudir a la farmacia antes que a su especialista. Está claro que nos estamos refiriendo a dolencias menores. Sobre todo cuando estamos resfriados o presentamos una ligera gripe. También cuando tenemos un dolor puntual.
La población española acude a la farmacia para pedir consejo y algún tratamiento que le haga sentir mejor. Pero lo cierto es que podemos considerar que la farmacia es la primera puerta de entrada al Sistema Nacional de Salud. Si el farmacéutico ve síntomas más graves no dudará en remitirlo a al centro de salud más cercano en busca de un especialista para cuidar de su salud individual.
El prestigio de la farmacia
La figura del farmacéutico goza de un gran prestigio entre los españoles porque según estos estudios casi el noventa por ciento de los encuestados afirma que cuando le dan un consejo en una farmacia suelen seguirlo a pies juntillas.
Desde luego que es mucho mejor este sistema que no tomar el botiquín que existe en prácticamente todos los hogares y automedicarse. La automedicación está totalmente desaconsejado por el colectivo médico.
No obstante son muchas las personas que todavía lo suelen hacer a riesgo de poner en peligro su salud y la salud de la familia. Por supuesto que es totalmente imprudente el dejarse aconsejar por un amigo o familiar que dice haber sufrido antes esos dolores y qué tal o cuál medicina le ha servido para paliarlos.
Elevado porcentaje de automedicación
Vamos a abundar en el tema de la automedicación. Las cifras son elocuentes y nos atreveríamos a decir que preocupantes. Según las últimas encuestas conocidas, algo más del 70 por ciento de los españoles se suele automedicar cuando les duele la cabeza.
La cifra es muy importante. La paradoja es que prácticamente el cien por cien reconocen que no es una práctica segura para su salud. Aun así, continúan haciéndolo.
Hay más datos preocupantes. Así más del 40 por ciento de los encuestados afirma que se guarda los medicamentos “para próximas ocasiones”, aun a sabiendas también que esto puede resultar muy perjudicial.
Afortunadamente, otro 50 por ciento de la población los lleva a un punto especializado para su destrucción o bien los tira a la basura. Desde luego que en este último caso es mucho más aconsejables llevar los medicamentos que sobre a un punto para su destrucción. Hay otro porcentaje de población no cuantificado que jamás mira la fecha de caducidad de los medicamentos.
Estas cifras que acabamos de dar demuestran la importancia que tiene el farmacéutico en España aunque es cierto que es mejor acudir al especialistas de turno que pueda recetar el remedido a una dolencia concreta o incluso profundizar en esa dolencia.
También es cierto que el profesional de la farmacia puede hacer una gran labor de concienciación para evitar la automedicación o para destruir los medicamentos una vez no vayan a ser utilizados porque se ha acabado el tratamiento.
Bien es cierto que las personas acuden al farmacéutico en el caso de que consideren que tienen dolencias menores. Las más comunes, los catarros y las gripes u otras patologías menores.
Ojo con Internet
Existe otro porcentaje de personas, nada desdeñable, que utiliza Internet para informarse sobre su dolencia. Este puede ser considerado como un craso error porque en Internet es difícil comprobar la fuente de quién ha publicado una determinada información.
La gente joven es la que más suele utilizar este método, totalmente desaconsejable, como también lo es el fiarse de amigos y familiares a la hora de abordar cualquier tipo de dolencia o el no leerse los prospectos una vez comprados.
En definitiva, que un nada despreciable 70 por ciento de la población prefiere antes acudir a la farmacia que al especialista para pedir que le prescriban algún medicamento para un dolor o molestia menor. Se aconseja no obstante acudir al especialista. Hay que tener mucho cuidado con la automedicación y, sobre todo, no autodiagnosticarse leyendo artículo de dudosa procedencia por Internet.
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