Hay muchas personas que se plantean realizar un seguro de salud en el momento en el que quieren acortar listas de espera de la seguridad social o porque quieren una segunda opinión médica respecto a un diagnóstico que le han dado, pero hay que tener en cuenta que un seguro de salud está obligado a hacerse cargo de una enfermedad ya existente o de un servicio médico que tenga pendiente, es más, las compañías aseguradoras pueden denegar el acceso a una persona que ha tenido o tiene una enfermedad importante o algún servicio médico pendiente, por ello hay que tener claro que, si ya tenemos una enfermedad grave y queremos contratar un seguro de salud para tratar dicha enfermedad, lo más probable es que la compañía aseguradora nos rechace o nos limite el uso de la póliza.
Por ello en la mayoría de aseguradoras médicas, se hace un cuestionario, dónde el solicitante del seguro tiene la obligación de declarar cualquier patología o enfermedad previa o actual.
Si el asegurado obviara declarar cualquier patología de salud en dicho cuestionario, la aseguradora cesaría la póliza por dolo en cualquier momento, por eso es importante declarar cualquier problema médico.
Cuando la compañía evalúa el cuestionario médico realizado pueden darse varias situaciones, una de ellas es que acepten la póliza, pero excluyendo cualquier problema derivado de una patología anterior a la fecha de contratación, también pueden aceptar la póliza del asegurado aumentando la prima del seguro en un tanto por ciento para poder asumir el riesgo con el que el asegurado viene de antes de la contratación, o directamente pueden rechazar esa póliza.
Las enfermedades que por norma general hacen que las pólizas de los clientes sean rechazadas son la diabetes, la obesidad mórbida, la hipertensión, la fibromialgia, el cáncer, el sida y cualquier enfermedad congénita o degenerativa, aunque esta lista puede variar en función de la compañía y el tipo de póliza.
Existen también algunos tipos de póliza básica que no cubren hospitalización ni cirugía y que si permiten contratar una cobertura médica sin realizar cuestionarios médicos y sin importar las dolencias que se tengan o se hayan tenido.
Por eso nunca hay que descartar la opción de tener una cobertura médica privada si se quiere, aunque tengamos que prescindir de ciertos servicios, únicamente necesitaremos un buen asesoramiento sobre las pólizas que se adapten a nuestras necesidades, tener claras las coberturas que tendremos y el precio total que nos puede suponer dicha póliza.